En general, la respuesta que se suele dar a esta pregunta por parte de profesores y orientadores es que sí, deberías presentarte a todas las asignaturas que puedas.
Sin embargo, debes saber que no todas las materias de la fase específica puntúan igual en todos los grados ni es algo que siempre sea beneficioso. Por ejemplo, a algunos estudiantes puede interesarles más no presentarse a la fase específica para dedicarle más tiempo de estudio a otras asignaturas de la fase general.
En este artículo te contamos los distintos factores que debes tener en cuenta para decidir si presentarte a la fase específica o no, y qué asignaturas elegir en caso de hacerlo.
Para qué sirve la fase específica
Lo primero que debes saber es que la fase específica no resta puntos ni te ayudará a aprobar EBAU. Las asignaturas de la fase general (fase obligatoria) son las únicas que determinan si suspendes o apruebas la selectividad, ya que es necesario tener al menos un 5 en la fase general para aprobar. Por tanto, la fase específica solo sirve para subir nota.
Si el grado al que quieres entrar tiene plazas suficientes (es decir, que otros años se quedan libres), estás ante el claro ejemplo en el que no hace falta presentarse a la fase específica. Para saber si tu grado tuvo plazas de sobra el año anterior, solo tienes que comprobar las notas de corte de este año. Como explicamos en este otro artículo, la nota de corte será exactamente 5,0 si hubo plazas de sobra.
Por el contrario, si piensas entrar en alguna carrera como medicina o un doble grado en los que la nota de corte suele superar los 10 puntos, no te quedará otra que presentarte a la fase específica, ya que la nota máxima de la fase general es un 10. Podrás obtener hasta 4 puntos adicionales gracias a la fase específica, dependiendo de qué asignaturas elijas.
Un detalle importante es que la nota de la fase específica caduca a los 2 años, por lo que no tiene sentido hacer esta fase si no vas a entrar a la universidad en este periodo de tiempo (caso muy poco habitual).
Qué asignaturas elegir
Puedes elegir hasta 4 asignaturas dentro de la fase específica, pero solo contarán las 2 que más te favorezcan (esto se suele traducir como las dos en las que más nota tengas, aunque también depende de cuánto pondere cada una).
En función del grado al que quieras pedir plaza, no todas las asignaturas ponderarán igual. Por ejemplo, si eliges Bellas Artes, es muy probable que presentarte a la asignatura de "Física" no te sirva de nada. Esto está reflejado en las tablas de ponderación que publican cada año las universidades públicas y que debes consultar para ayudarte a tomar esta decisión.
Una asignatura puede ponderar con 0,0 (nada), 0,1 o 0,2. Lo fundamental es que elijas aquellas asignaturas que más ponderen para el grado que quieres hacer.
Un ejemplo sencillo. Te presentas a biología en la fase optativa y obtienes un 8. Tu nota de la fase general es 7.
Si pides plaza para un grado en el que biología pondera con 0,2, tu nota de admisión será 7 + (8 · 0,2) = 8,6.
Sin embargo, si biología pondera con 0,1, tu nota de admisión bajará hasta 7 + (8 · 0,1) = 7,8.
Conclusión
En resumen, nuestro consejo es que te presentes a, al menos, una asignatura de la fase optativa siempre que:
- La nota de corte del grado de la universidad pública al que quieras optar sea superior a 5,0 (ojo, que 5,1 ya es superior a un cinco pelao).
- Tengas pensado entrar en la universidad justo después de EBAU o, como muy tarde, en los próximos dos años.
Si piensas entrar en una universidad privada, no olvides consultar sus criterios de aceptación, ya que algunas sí que valoran positivamente el presentarse a asignaturas de la fase específica.
Por último, si no tienes muy claro qué grado quieres hacer (o en qué universidad) pero sí la rama, te vendrá bien presentarte a esta fase por si al finalizar el primer año de carrera te quieres cambiar. Tu nota de admisión seguirá estando vigente y te será más fácil obtener plaza en caso de subir las notas de corte.