Algunos estudiantes que se presentan tanto a la convocatoria ordinaria de EBAU como a la extraordinaria aseguran que la primera es más difícil que la segunda. No obstante, tampoco es extraño que te cruces con otros antiguos candidatos que defiendan justo lo contrario.
Entonces, ¿cuál de las dos pruebas es más fácil? ¿Depende de la asignatura o de la comunidad autónoma y por eso encontramos mensajes contradictorios? La respuesta es mucho más sencilla: tanto la ordinaria como la extraordinaria tienen, en líneas generales, la misma dificultad. Y hay una explicación que lo demuestra.
Cómo se elaboran los exámenes de selectividad
Cada comunidad autónoma delega la responsabilidad de preparar los contenidos de los exámenes de EBAU en las distintas universidades de esa región. Son dichas universidades las que se encargan de formar las denominadas comisiones organizadoras, unos grupos de trabajo que componen profesores universitarios (y en muchas ocasiones también de Bachillerato) cuya labor consiste en redactar y valorar varios modelos de examen para cada asignatura.
Lo habitual es que, por cada asignatura, el profesor responsable de la materia elabore entre 4 y 6 modelos distintos (junto con sus correspondientes criterios específicos de corrección) que posteriormente son revisados para garantizar que poseen una dificultad similar entre ellos. De entre todos esos modelos se seleccionan dos al azar: uno para la convocatoria ordinaria y otro para la extraordinaria.
Este proceso suele iniciarse meses antes del primer examen, lo que implica un secretismo absoluto y la custodia de los modelos elaborados para evitar que se filtren.
Como ambos exámenes (el ordinario y el extraordinario) se hacen a la vez, con una antelación considerable, y son escogidos de forma aleatoria entre otros modelos similares, podemos decir con total seguridad que las dos convocatorias de las Pruebas de Acceso a la Universidad tienen la misma dificultad.
Una curiosidad que tal vez te interese: los modelos de examen que acaban "ganando" este sorteo y que son los que caen en selectividad reciben el nombre de titulares, mientras que al resto de los no elegidos se les llama suplentes o reservas.
Estos modelos suplentes no se descartan para siempre, sino que se utilizan en ocasiones excepcionales como cuando a un estudiante le coinciden dos asignaturas a la misma hora, o cuando se hacen varios grupos de una misma materia en días distintos.
Y entonces, ¿por qué no parecen tener la misma dificultad?
Esta es una pregunta muy subjetiva para la que no tenemos una respuesta tan clara como para anterior. Que algo sea más fácil o difícil depende en gran medida de cada persona y de qué asignaturas se nos dan mejor o peor.
En cualquier caso, que dos modelos de examen tengan exactamente la misma dificultad es algo imposible, y siempre habrá ejercicios o preguntas que serán más asequibles en una convocatoria o en otra. Lo importante es no comernos la cabeza pensando que nos va a tocar "el examen difícil" y recordar que, al final, todos los modelos se diseñan para poder ser usados indistintamente.